Querido diario:

Mi nombre es María Antonieta Josefa Juana de Habsburgo-Lorena, nací el 2 de noviembre de 1755 tengo nueve hermanos sin contar a los que, desgraciadamente, han fallecido con el paso del tiempo.
Mi madre es María Teresa, archiduquesa de Austria, reina de Hungría y reina de Bohemia, emperatriz del Sacro Imperio Germánico, a la cual quiero mucho, y mi padre, fallecido hace unos años, Francisco I, gran duque de Toscana y emperador del Sacro Imperio Romano Germánico.
Mi querida madre me regaló hace unos meses este diario pero no me había atrevido a empezarlo hasta ahora que siento que necesito un amigo con quien hablar.

Me sorprendió que mi madre me entregase un diario a modo de regalo de mi decimotercer cumpleaños pero ahora ya entiendo por qué lo hizo pues en unos meses iré a vivir a Francia y me casaré con el delfín Luis Augusto de Borbón, lo cual, me asusta, pero a la vez me entusiasma pues sé que es lo mejor para mí y para Austria.

Desde hace tiempo, mi madre decidió que ya iba siendo hora de dejarme de juegos y de centrarme en mi educación así, contrató al abad de Vermond quien está instruyéndome en lengua, literatura e historia de Francia para convertirme en una esposa ejemplar y, dentro de unos años, una reina digna de la corona de Francia.
Además del abad cuento también con Monsieur Noverre, prestigioso profesor de ballet en París del que estoy aprendiendo a andar y bailar con gracia, y Christoph-Willibald von Glück que me enseña todo lo relacionado con la música.
Todos coinciden en que soy muy mala estudiante pero que mi gracia y carisma lo compensan y, aunque s
on algo estrictos, he de admitir, que les he cogido cariño y estoy segura, que a pesar de mis despistes y mi acusada pereza con los estudios, ellos también me aprecian a mí.
A pesar de que llevo bastante tiempo preparándome para asumir un cargo de tanta magnitud en unos años, siento que no estoy lista, y he de admitir, que me aterra el futuro al igual que el separarme de mi familia y mi hogar. Sin embargo, sé que tengo que ser fuerte pues Austria y mi madre no esperan menos de mí y quiero hacer que se sientan orgullosos y honrar así la memoria de mi padre.
Poco más podría decir de cómo me siento actualmente, ha sido bastante reconfortante poder contarlo todo, aunque sea por escrito, y espero, que, de ahora en adelante, me sirvas como confidente.

Tuya, María Antonieta *************************************************************************************
Imágenes empleadas:
1-Retrato de María Antonieta a los doce o trece años realizado por Martin van Meytens.

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